Los helados de la cima más alta

La historia de Angelo Corvitto no es la típica de un italiano que viene a Cataluña a ganarse la vida como heladero. Y es más, Angelo ni siquiera era heladero cuando vivía en Italia, sino que era ingeniero. Fue aquí, en tierras catalanas, donde descubrió su pasión por los helados, los mismos que lo han llevado a la cima más alta.

Pues así es. Fue aquí, en tierras catalanas donde, por razones familiares, acabó trabajando una cocina de fonda que le dio la oportunidad de empezar a experimentar. Unos experimentos que salieron bien y, con el paso del tiempo, consiguió que hoy sus helados tengan un gran renombre. Te explicamos su historia, su trayectoria y maneras de hacer que han llevado Gelats Angelo a la cima más alta. 

Angelo Corvitto llega a Cataluña cuando su mujer, catalana, trabaja y vive en Torroella de Montgrí. Entra por primera vez a la cocina de un restaurante, donde poco a poco, va conociendo los helados de primera mano. Se despierta, con el tiempo, su pasión y trabajo manual de estas formulaciones para el helado, que él como ingeniero, va adquiriendo las suyas propias. 

Angelo va viendo, con el paso de los años que, técnicamente, es puede hacer helado de todo pero siempre bajo un sentido gastronómico. Y es por eso que sus consejos y filosofía de: hacemos helados de todo, únicos y exclusivos, pero funcionaran siempre bajo una coherencia en su utilidad en platos y recetas. Y es precisamente esta filosofía, trabajo y saber hacer que Angelo Corvitto se pasa los últimos 10 años de su carrera profesional siendo el maestro de otros grandes personajes de la cocina, los cuales le piden poder aprender con él, como el Celler de Can Roca, por ejemplo.  

 

Pero la historia de gelats Angelo no acaba aquí, ni mucho menos. El imperio heladero continua año tras años, gracias al trabajo de su hijo, Hervé Corvitto, quién pasa al frente de la empresa. Hervé nos explica de primera mano que tienen la capacidad, cada vez más evidente, de hacer posible un trabajo exclusivo en la restauración, encontrando y afinando casi al 100% el sabor, la potencia y las particularidades del helado que el restaurador tiene en mente. Aún así, no se queda atrás toda la oferta que gelats Angelo ya tiene a disposición de restauradores y tenderos. Un listado y carta extensa de helados que dan personalidad a las recetas y postres de cualquiera, en formato cubeta de 2,5 kg o en terrinas de 100 y 500 gr. 

Gelats Angelo trabaja de forma artesana, como inició su fundador el año 1985. Se hacen entre 30 y 40 elaboraciones al día y según las oscilaciones que permitan los ingredientes de origen. Y eso es, precisamente, una de las características que le aportan esta artesanía. Porque no es lo mismo un plátano verde que uno maduro, y el sabor del helado también vendrá determinado de eso, sin alteraciones químicas que hagan homogéneo el sabor y las propiedades del producto. Además, la proximidad de los ingredientes, como la lecha y la nata, que provienen de dos lecheras gerundenses cercanas, hacen remarcan el valor por el territorio. En el caso de los ingredientes difíciles de conseguir aquí, como el mango, se trabaja con productores de la India, que lo cosechan en el momento óptimo bajo demanda, expresamente para la empresa. Esto determina la potencia y el sabor del fruto comparado con el de aquí y, en consecuencia, hace potenciar muchísimo las ventas del helado de mango y mango con frambuesas, por ejemplo. 

En el caso del yogur, es elaborado por un producto local en exclusiva. Si bien la tendencia del mercado es que los yogures naturales sean cada vez más dulces, este yogur que utiliza gelats Angelo tiene una acidez que recuerda a los más tradicionales, hecho que le da una verdadera autenticidad al sabor. Estos ejemplos son tan sólo una muestra de como se trabajan los helado en cuanto a artesanía y la proximidad de los ingredientes, lo más naturales y a medida posible. 

Otra de las particularidades de la exclusividad de estos helados es que no se incorpora aire en las cubetas y terrinas del producto fuera del propio necesario en la misma elaboración, hecho que sí se hace en los procesos más industriales. Además, se trabaja mediante la elaboración de maceración en frío y, de esta manera, tan sólo se conservan los aromes y sabores positivos, sin las amarguras que pueden dejar algunos ingredientes, como en el caso del café. Para un buen control de la temperatura, sin que cristalice el helado ni se rompa la cadena de frío, la más aconsejable sería -18ºC y -20ºC en el momento del servicio y entre -22ºC y -24ºC para la conservación al congelador. 

 

El cas de las cubetas y tarrinas grandes y medianas, de 2,5 kg y 500 gr, le da un prestigio a los platos del restaurador y a la imagen en tienda y, en consecuencia, un trecho exclusivo para sus clientes. Las pequeñas de 100 gr, también, facilitan el escandallo, la manipulación del producto y dan visibilidad a la marca Eso, al final, da reciprocidad entre un sector y otro, ya que el cliente siempre puede decir: "quiero comprar aquel helado que probé en ese restaurante" Pues es posible. Así crece el pequeño comercio. Así se potencia la proximidad. Y en el centro de todo, gelats Angelo, que te ayuda a diferenciarte.